Orishanlá es uno de los caminos de Obbatalá. Su nombre proviene de la unión de «Orisha» con «Nlá», que significa «el manto blanco, la autoridad, la superioridad y la grandeza». Es el representante de Oloddumare en la tierra, es la divinidad que lleva la autoridad y viste de blanco.

Según un patakí, Orishanlá debía mostrar en sí mismo el deseo de Oloddumare de tratar con bondad a los orishas y los seres humanos. Oloddumare dotó de autoridad superior a este orisha y lo creó de último para que se opusiera a las negativas influencias de Eshú. Orishanlá es el representante de Oloddumare en la tierra. Se representa como un anciano de aspecto venerable y puro, el que combina esplendor y grandeza. Es muy bondadoso pero es autoritario. Se viste con una túnica blanca y vive en un lugar bien blanco. Es el único orisha que no se dejó penetrar por Eshú.

Cuando Orishanlá baja, pide con urgencia manteca de cacao para que le hagan una cruz en la palma de la mano y otra en la parte que une el occipital con los parietales. Come un poco de esa manteca que se dice aclara la inteligencia. Orishanlá es natural de Owó y es muy tranquilo. Se dice que libra a sus hijos de las trampas con sus largas manos. En la tierra arará recibe el nombre de Orisasá. Delante de él se echa perfume. Aunque es anciano, está dotado de firmeza. Se le relaciona con la pureza, la luz, la justicia, la verdad y la razón. Es descendiente directo de Oloddumare.

Existen desacuerdos sobre este orisha. Muchos dicen que el mismo Oshanlá, el que se representa como una anciana y con quien comparte varias de sus características.